La motricidad fina consiste en la coordinación integral, intelectual, emocional y física, orientada a la producción de movimientos pequeños y precisos. Actividades de control de la motricidad fina son, por ejemplo, recoger un pequeño elemento con el dedo índice y el pulgar (pinza), abrir y cerrar, trozar, amasar plastilina, enhebrar, trasvasar, etc.