La mañana primaveral del sábado 1° de Octubre fue ideal para acompañar el colorido despliegue de rodados de los alumnos del Joan Miró. Bicicletas de todos los tamaños y colores decoraron con su paso las calles céntricas de la ciudad, acompañadas de la mejor música.
La bicicleteada arrancó al mediodía desde la puerta del Colegio, sobre calle Catamarca. Los primeros en pedalear fueron los chicos del nivel primario, quienes decoraron sus bicis con banderines de colores, también se sumaron rollers, monopatines y algunos skates a los costados de las bicicletas.
Los vecinos que se cruzaban con la caravana de bicicletas se detenía a saludarlos, y hubo varios que se sumaron caminando a la jornada familiar, que ya es un clásico local que muchos esperan compartir.
Luego del arranque de los alumnos de 1ero a 7mo grado, salieron a la calle los más chiquitos. Despacito pero a pedaleada firme, los nenes de las salas de nivel inicial sonreían y se dejaban fotografiar por las familias que los seguían de cerca, orgullosos.
Los más chiquitos hicieron un paseo más breve, pero no por ello menos intenso: La caravana de bicicletas tomó calle Sarmiento, dobló a la izquierda por Cochet, y volvió por San José hasta Catamarca. Energía no les faltó a ninguno, que pedaleaban y cantaban las canciones infantiles que sonaban desde la camioneta que encabezaba la pedaleada.
Los más grandes fueron por las mismas arterias, pero llegaron hasta calle Irigoyen. Al pasar por la esquina de la Plaza San José, muy concurrida en la mañana de sol, fue donde recolectaron a unos cuantos más participantes que decidieron sumarse al pasar.
Todo el recorrido fue acompañado por un operativo de tránsito, que cuidaba a los más chiquitos e indicaba el desvío de los vehículos a motor. Bicis, música y sol. La combinación perfecta para el arranque del mes de octubre estuvo a cargo del clásico evento del Joan Miró.