Compartimos un hermoso cierre de año plagado de literatura e historia….
«Érase una vez, un libro, una historia, una aventura…”
Érase una vez una escuela que transitó un extenso camino…
Un paso a paso unido por un objetivo en común: lograr que los alumnos disfrutaran de la experiencia maravillosa de leer y viajar a través de los libros.
Este desafío, no sólo implicaba formar lectores que pudieran comprender y producir textos, sino que concibieran a la lengua oral y escrita, como un modo de reflexionar, expresar sentimientos y emociones, participar de mundos alternativos y gozar estéticamente de las creaciones literarias, apropiándose de las mismas.
Que en cada libro encontraran una oportunidad para poner en juego toda su creatividad para analizar, criticar, debatir, modificar, construir… que descubrieran otras formas de percibir y comprender nuestra historia y nuestra cultura…
Y en este sentido, el arte… un canal único para la libre expresión. Tallando, dibujando, pintando, elaborando una idea… creando y comunicando como cada uno y todos en conjunto a la vez, apreciaban el mundo.
Este mundo cada vez más individualista, que necesitaba ser visto de otra manera… y esta escuela fue la encargada de provocar, compartir, abrir caminos, generar vínculos, poniendo en práctica el “hacer con los otros”, descubriendo el universo de posibilidades que se abría en un compromiso conjunto genuino, apertura para debatir ideas, actitudes colaborativas, respeto, cuidado mutuo y libre expresión.